Este libraco no tiene pretensiones moralizadoras, para eso búsquese un cura, un rabino, pastor, profeta o alguien que esté en ese negocio.
Este libro no tiene por objetivo esclarecer políticamente a nadie, ya que no fue concebido con mente política, no por lo menos como se entiende la política de lo políticamente correcto.
Este libro no posee verdades fundamentales ni absolutas, ya que aquí se reniega absolutamente de todos los fundamentalismos. Este libro no debe ser leído por idiotas útiles (o inútiles), por autistas perversos, por pusilánimes, por caretas irredimibles, por estúpidos genuflexos (de cualquier especie), por adoradores de cualquier deidad (o poder establecido), por quienes se sientan exitosos, triunfadores, ganadores, trepadores de distinta calaña o especialistas de salto en alto hacia el poder (o joder).
En fin, no se meta usted en un problema si es que reúne alguno de estos requisitos, tampoco se disfrace de incauto y luego ande diciendo por ahí que fue sorprendido en su “buena fe”, ya que esto solo daría fe que usted actuó de mala fe, pretendiendo ser inteligente crítico literario y se expondría al ridículo.
Por último y para que quede claro, este libro pretende reunir a debatir, dialogar, enriquecer, estar de acuerdo o en desacuerdo, pero desde un lugar distinto, y ese lugar es la construcción de un mundo sin doble moral, segundas o terceras intenciones, sin pelos en la lengua, sin remilgos ni especulaciones, sin puñaladas por la espalda (sin puñaladas), sin tapujos y a calzón quitado (que siempre es la mejor forma).
Este libro pretende ser una pequeña lucecita, un granito de arena (aunque algunos lo sientan como un bloque de granito sobre su cabeza), un aportecito más entre miles de buenos aportistas que tiene la historia.
Para finalizar, quería contarles que este libro, antes de ser escrito fue vivido.
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